Veremos si al final pilla
un puestecito en la Cumbre:
donde pide la costumbre
que el que asiste tenga silla.
No fue por irse a Sevilla
que Él no goza de su asiento.
Muy extendido está el cuento
de que, si no es convidado,
es porque quedó sentado
en no adecuado momento.
Psikofonías
viernes, 7 de noviembre de 2008
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