Aquel levantar el puño,
a la altura de las cejas,
era símbolo de quejas
conscientes, no un refunfuño.
Los progres de nuevo cuño,
que no han de qué quejarse,
ponen de moda llevarse
a la ceja, engatillado,
un puñito desarmado.
¿Es sólo para mofarse?
Psikofonías en El blog de Santiago González
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martes, 12 de febrero de 2008
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