jueves, 24 de enero de 2008

Le han llamado maricón

Le han llamado maricón
a Don Nuccio Cusumano,
en el Senado... italiano,
en una tensa sesión.
Crearía sensación
si en el Senado a(es)pañol
le metieran ese gol
a Don Javier, Presidente.
Aunque aquí el maledicente
no hablaría sin control.


Psikofonías en El blog de Santiago González



«¡Eres un cornudo y un trozo de mierda!»


ABC
V. BECERRIL. ROMA.
La sesión de la caída de Prodi brindó ayer un espectáculo deplorable en el Senado. Las seis horas de debate y votación dieron mucho de sí. Al principio la tensión no parecía notarse mucho. Algunos jugaban con el teléfono móvil y otros hablaban entre ellos, sobre todo cuando las declaraciones de intenciones venían del partido opuesto. La mayoría entraba y salía de la sala, y llegaba a tiempo sólo para la ponencia o el voto.

Prodi aguantó el tipo, pero tendría que tener un reconocimiento especial hacia los octogenarios senadores vitalicios, sobre todo a su incondicional Rita Levi-Moltalcini, que, a sus 98 incombustibles años, votó la primera dando su confianza al «Profesor».

La intervención de Nuccio Cusumano, senador del Udeur -el partido del dimitido Mastella, que según él mismo votaría contra el Gobierno, tras abandonar la coalición-, desató las hostilidades. Cusumano expresó su desacuerdo con el líder de su partido y eligió «el país y la confianza. En soledad y con mi libertad, daré mi sí a Prodi», concluyó.

Sus palabras provocaron la ira del otro senador del Udeur, Tommaso Barbato, quien se le acercó, le escupió en la cara y le lanzó improperios como «payaso, vendido, cornudo y trozo de mierda». En pleno rifirrafe, algunos senadores de la oposición de centroderecha se sumaron a la ola de insultos con calificativos como «maricón, eres una basura, eres una puta, eres una muñequita...», momento en el que el acoso al senador alcanzó su cénit.

Cusumano no pudo aguantar tanta imprecación directa y se desmayó a continuación. Después de lo cual tuvo que ser atendido por las asistencias médicas y sacado fuera en una camilla. El suceso obligó a la suspensión de la asamblea durante cinco minutos.

No es la primera vez que Cusumano se desmarca de su partido en una votación parlamentaria. El 18 de mayo de 1994, fue el protagonista de una historia análoga, pero en aquella ocasión a quien permitió obtener la confianza de la Cámara fue al por entonces presidente del Consejo, Silvio Berlusconi.

La declaración de intenciones más esperada fue precisamente la del ex ministro de Justicia, Clemente Mastella, quien inició su discurso con versos de Neruda: «Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce».
El movimiento de Mastella

Antes de la «traición» de su compañero, a su entrada en la asamblea, Mastella no saludó a los miembros de centroizquierda, y optó por sentarse en los bancos cercanos a la derecha. Era un signo más del cambio de intenciones del líder del Udeur, que a pesar de haber desmentido su paso al centroderecha -como Berlusconi había anunciado-, marca distancias con sus hasta ahora colegas de coalición.

Mastella reiteró una vez más su «no con firmeza a la confianza», y, dirigiéndose directamente a Prodi, le dijo: «Usted no puede hacer como si no hubiera sucedido nada. Es necesario exigir respeto a la magistratura». Mastella repitió, por enésima vez en esta semana, que su familia es inocente, y arremetió, como ha estado haciendo hasta ahora, contra los magistrados.

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